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Más Allá del Mapa: Apuntes para una Graficoestética

Más Allá del Mapa: Apuntes para una Graficoestética

por Audio generado con IA a partir del texto

¿Y si la esencia de una obra de arte no estuviera en el papel, sino en el caos, el sudor y las conversaciones del lugar donde fue creada? Un viaje al corazón del taller para proponer una nueva forma de mirar: la graficoestética.

«En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el mapa de una sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el mapa del Imperio, toda una Provincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y los Colegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él».

Jorge Luis Borges

Así nos lo cuenta Borges en uno de sus apócrifos más célebres. Y es que en esa fantasía de una representación exhaustiva, de una correspondencia perfecta entre el mapa y el territorio, anida el sueño —o la pesadilla— de todo formalismo. En efecto, la tradición formalista aspiró a ser ese cartógrafo delirante para el mundo del arte, convencida de que todo lo esencial de una obra residía entre los límites precisos de su marco, en la pura gramática de sus formas.

El formalista, cual anatomista de la imagen, se arma con su bisturí conceptual y procede al despiece forense de la obra gráfica: disecciona la línea, aísla la mancha, clasifica los pigmentos y mide la tensión compositiva. Y no nos equivoquemos, su labor es impagable; nos lega un vocabulario, una sintaxis visual sin la cual chapotearíamos en el fango de la pura opinión sentimental. Nos enseña a ver, a desentrañar la forma, pero su mapa, por detallado que sea, acaba siendo como el de Borges: una réplica inerte que sofoca la vida del territorio que pretendía describir. Ignora, o elige ignorar, el sudor, el olor de la tinta, el sonido de la prensa, los chismes de pasillo y las angustias económicas que palpitan en ese universo que es el taller de grabado.

Es aquí donde se vuelve imperativo trascender ese reduccionismo elegante para adentrarnos en una comprensión del taller como un sistema vivo, a ratos caótico, siempre en ebullición. El taller no es un mero contenedor de herramientas, un espacio neutro de producción. Es un ecosistema complejo, un sistema que es, simultáneamente, autopoiético —manifestando su clausura operacional en la capacidad de generar sus propias reglas y una identidad única— y simpoiético —al hacerse constantemente en relación con otros—; uno de esos sistemas no lineales de los que surgen comportamientos emergentes; un laboratorio donde se cuecen a fuego lento las transmutaciones de la materia en significado; donde los saberes técnicos se transmiten de maestro a aprendiz en un murmullo de confidencias; y, por qué no, un rizoma deleuziano: una red de conexiones subterráneas e imprevisibles que se extiende mucho más allá de sus muros.

Para navegar este territorio vibrante, necesitamos una nueva cartografía, una que no aspire a la imposible exactitud del mapa borgiano, sino a captar la dinámica de las fuerzas en juego. Para ello, proponemos la noción de graficoestética: un enfoque que concibe la producción gráfica no como un objeto cerrado, sino como el punto de confluencia —la zona de contacto tectónico— entre la materialidad más cruda y la red intangible de significados culturales. La graficoestética no se pregunta si importa más la forma o el contexto, pues da por sentado que son las dos caras de la misma moneda. Analiza la forma como la huella visible del contexto, y el contexto como la fuerza invisible que ha guiado la gubia del artista. Es donde la intención cultural y la ejecución técnica se han fusionado.

Este enfoque nos abre las puertas a la policontextualidad del taller. Porque el taller nunca es una sola cosa. Es, simultáneamente:

Un espacio de producción, casi fabril. Aquí el arte se despoja de su aura para vestirse con el mono de trabajo. Es el territorio de las rutinas, del ritmo constante de la prensa, del olor penetrante de las tintas. Es un lugar donde el cuerpo y el esfuerzo físico se imponen, recordando que toda imagen es, primero, el resultado de un trabajo material.

Un santuario y refugio. Al menos, así lo concibe el mito romántico. Es el espacio íntimo donde el artista dialoga con sus obsesiones, se enfrenta a sus demonios y busca una verdad personal. Un laboratorio del alma donde la soledad no es ausencia, sino la condición necesaria para la introspección y la creación más pura.

Un foro político, un ágora. Lejos de ser una isla, el taller es permeable a su tiempo. Las tensiones del mundo exterior se filtran por sus ventanas y se impregnan en el papel, donde una estampa puede convertirse en panfleto, una xilografía en manifiesto y un aguafuerte en crónica de una injusticia. Así, el taller se vuelve caja de resonancia de los debates sociales: un lugar desde donde resistir, denunciar o soñar otros mundos posibles.

Una escuela informal. Mucho antes que las academias, el taller fue el principal centro de transmisión del saber. Un conocimiento que se aprende más por mímesis que por lecciones magistrales, a través del gesto observado, del truco susurrado al oído, del error corregido en el acto. Es una pedagogía de la práctica, donde la técnica se encarna de maestro a aprendiz.

Un salón de tertulia y microcosmos social. El taller es también el escenario de una comedia humana en miniatura. En él hierven las alianzas y las rivalidades, los recelos y los afectos, las colaboraciones fructíferas y los secretos a voces. Estas dinámicas humanas, lejos de ser un mero ruido de fondo, a menudo determinan qué se crea, cómo se crea y quién prospera.

El taller, en definitiva, es un fértil caos que se resiste a ser encapsulado en una única definición. El mapa del formalista, por tanto, se queda corto no por impreciso, sino por unidimensional.

Lo que necesitamos no son mapas del territorio, sino cartografías del instante, ecografías de un organismo vivo que muta, respira, se contradice y da lugar a comportamientos emergentes. La graficoestética, entonces, no es tanto una teoría que cierra, sino una práctica que abre: una invitación a habitar el taller en toda su polifónica y gloriosa complejidad, a entender que su verdadera esencia no reside en las obras que cuelgan de la pared, sino en la trama invisible de relaciones que las hizo posibles.

el Taller como Sustantivo: Actividades

Inspeccionando los Ingredientes

Si ya hemos desciframos la «gramática» de nuestro guiso, ahora abrimos la despensa para inspeccionar los ingredientes. Nos centraremos en los sustantivos: las entidades fundamentales que conforman la realidad del taller. Son el «qué» de nuestro sistema.

¿Cómo el simple acto de nombrar y entender nuestros «ingredientes» básicos (artistas, técnicas, espacios…) nos revela la complejidad y el potencial de nuestro ecosistema creativo?

Concepto Clave 1: El Taller como Sustantivo Primordial

Idea Central: El propio «taller» es el sustantivo principal, el contenedor que engloba a todos los demás. Sus límites pueden ser físicos, conceptuales y sociales.

¿Dónde terminan los límites de un proyecto en red como este cMOOC? ¿Son las plataformas, las personas o las ideas?

Concepto Clave 2: Los Ingredientes Clave

Idea Central: Identificamos seis «ingredientes» básicos que se encuentran en casi cualquier «guiso» creativo:

  • Artista(s): Los agentes humanos, con sus cuerpos, sensibilidades y saberes.
  • Técnica(s): Los procesos, herramientas y materiales específicos.
  • Obra(s): Los productos tangibles, los resultados visibles del proceso.
  • Espacio: El entorno físico concreto y la atmósfera que genera.
  • Comunidad: El tejido social, las relaciones y la cultura interna.
  • Necesidad(es) Humanas: Las motivaciones profundas que impulsan la acción.

 En un proyecto digital, ¿qué forma toman el «Espacio» y la «Técnica»?

Concepto Clave 3: La Red de Interconexiones

Idea Central: Estos sustantivos no son una lista estática, sino una red dinámica donde un cambio en uno afecta a todos los demás.

Piensa en tu propio entorno de trabajo. ¿Qué pasaría si el Espacio se redujera a la mitad? ¿Cómo afectaría eso a la Comunidad y a las Necesidades que se pueden satisfacer?

Fases de la Actividad Semanal

Selecciona una fase para ver los detalles. Completa las cuatro para cerrar el ciclo.

AGREGAR: Haz un Inventario Rápido

El primer paso es identificar los componentes básicos de un sistema que conoces. Esto sienta las bases para un análisis más profundo.

Acción:

Busca en la web o piensa en un taller/colectivo que conozcas bien.

Compartir:

Publica en la red con el hashtag #InnovacionRed. Simplemente lista los 6 sustantivos clave y describe con una o dos palabras cómo se manifiestan en ese caso.

REMEZCLAR: Dibuja el Ecosistema en tu Blog

Ahora, visualiza cómo se conectan esos componentes. El objetivo es pasar de una simple lista a una red de relaciones.

Acción:

En una entrada en tu blog personal, toma un caso de estudio y profundiza. El objetivo es visualizar la red de interconexiones.

Sugerencias para tu post:

Crea un diagrama o mapa conceptual simple.

Coloca los sustantivos como nodos y dibuja flechas entre ellos para mostrar las relaciones de influencia más fuertes.

Luego, elige una de esas flechas y explica cómo funciona esa influencia.

REUTILIZAR:

Simula el Cambio

Explora la dinámica del sistema introduciendo un cambio hipotético. Esto te ayuda a comprender la interdependencia de los elementos.

Acción:

Elige un taller que hayas analizado. Escribe un breve análisis especulativo: «¿Qué pasaría en este ecosistema si un ‘sustantivo’ clave, como la ‘Comunidad’, cambiara drásticamente (ej. se vuelve competitiva en lugar de colaborativa)?».

COMPARTIR: Alimenta el Caldero Colectivo

El ciclo se completa al compartir tus hallazgos con la red. Tu perspectiva enriquece la comprensión colectiva.

Acción:

Publica tus análisis, diagramas y simulaciones en tus espacios y compártelos en la red con el hashtag #InnovacionRed.

Interacción:

No te detengas ahí: Explora los «inventarios» y «mapas» de otros. Compara, comenta y conecta.

Evidencia de Aprendizaje

Tu participación activa y la forma en que compartes tu trabajo son clave para demostrar tu aprendizaje en este entorno conectado.

Tu Portafolio: El Blog Personal

Cada entrada que publicas, cada diagrama que creas y cada análisis que compartes en tu blog se convierte en una pieza de tu portafolio. No es solo un repositorio de tareas; es un registro vivo de tu proceso de pensamiento y tu habilidad para analizar y comunicar ideas sobre sistemas complejos.

Evaluación entre Pares: El Valor de la Red

Al explorar, comentar y construir sobre las ideas de otros, participas en una forma de evaluación distribuida. Tus comentarios y preguntas no solo ayudan a tus compañeros a refinar su pensamiento, sino que también demuestran tu propia comprensión de la interdependencia y la dinámica de los sistemas. La calidad de tu interacción es, en sí misma, una evidencia de aprendizaje.

Francisca Burgos

 

A veces, una colaboración parece tan natural que se siente inevitable. Ese es el caso de Francisca P. Burgos y su rol como curadora en (In)visibles, el primer capítulo del proyecto artístico Bajo Presión. Su elección no es una coincidencia, sino la confirmación de una alianza que ya existía en espíritu. Tanto su obra personal como su colectivo, FACZINE, no solo dialogan con los fundamentos del proyecto, sino que los viven y los practican en su día a día.

Analizamos esta sinergia perfecta en tres claves: su método de trabajo, los temas que la impulsan y su forma de crear comunidad.

1. Una Forma de Hacer: El Arte como Proceso Integral

La filosofía de trabajo de Francisca P. Burgos y la de Bajo Presión son un espejo la una de la otra.

La artista como editora total: Burgos encarna la figura de la creadora que controla cada fase de su obra: es fotógrafa, investigadora, editora y diseñadora. Este ideal de autonomía es, precisamente, el motor de Bajo Presión, que busca empoderar a los artistas para que sean dueños de su trabajo de principio a fin.

La materia importa: El valor del objeto físico es clave en su obra. Con su apuesta por técnicas manuales como la monotipia o el fotobordado y una cuidada elección de papeles y tintas, Burgos convierte cada pieza en una declaración de principios. Su trabajo se rebela contra la cultura digital de lo efímero, alineándose con la meta de Bajo Presión de crear «obras de arte coleccionables».

El arte como investigación: Para Burgos, crear es investigar. Proyectos como Ajada Mirada o su serie sobre las parteras chilotas no son solo series artísticas, sino rigurosas exploraciones que generan conocimiento. Este principio es la piedra angular sobre la que se construye todo el proyecto.

2. Una Mirada Común: Dar Voz a lo Invisible

El corazón de esta conexión es un interés compartido: rescatar y visibilizar las historias silenciadas.

Iluminar las sombras: La trayectoria de Burgos siempre ha puesto el foco en narrativas marginadas: las mujeres relevantes de Jaén, el saber ancestral de las parteras en la Patagonia, las memorias anónimas ocultas en fotografías encontradas. Este es, precisamente, el alma de la convocatoria (In)visibles, que explora el concepto de «Frontera» como una experiencia humana de exclusión.

Identidad, memoria y territorio: Los grandes temas que atraviesan su obra dialogan directamente con la convocatoria. Su exploración de la identidad en la diáspora o la memoria fracturada conecta con la «Frontera Interior»; su enfoque en comunidades específicas resuena con la «Frontera Social»; y su manera de tratar el paisaje y el cuerpo como territorio se vincula con la «Frontera Física».

3. Una Red de Apoyo: El Poder de la Comunidad

La manera en que Burgos construye redes a través de su colectivo FACZINE es un anticipo de lo que Bajo Presión aspira a ser.

Un modelo de colaboración: Su colectivo, FACZINE, es un claro precursor de la red que Bajo Presión quiere consolidar. Creado para dar a conocer la fotografía chilena en Europa, ya funciona como un puente transnacional que conecta artistas, fomenta el apoyo mutuo y sostiene a una comunidad creativa.

Un espacio para desafiar: Ambos proyectos comparten el mismo ADN: ser una plataforma para voces no hegemónicas. Buscan un arte que cuestione, que incomode y que desafíe las narrativas dominantes, en lugar de simplemente aceptarlas.

Una alianza natural

Por todo esto, la colaboración de Francisca P. Burgos en Bajo Presión es mucho más que un fichaje. Es la formalización de una alianza natural. Su trabajo no solo encaja en el proyecto, sino que ha ayudado a pavimentar el camino que este ahora recorre.

Su presencia confirma que el ecosistema artístico que la propuesta busca crear no es solo una aspiración: es una realidad necesaria que, gracias a artistas como ella, ya está en marcha.

Convocatoria de Participación: «(In)visibles»

El proyecto «(IN)visibles» nace como un acto de mapeo afectivo que desafía los mapas oficiales, privilegiando un atlas trazado no con tinta, sino con las huellas de la memoria y la revuelta.

Buscamos obras que nazcan del cruce entre las presiones de la vida, la tensión creativa del artista y la materialidad del proceso físico en el taller. Para guiar esta exploración, se propone un marco conceptual basado en cinco dimensiones de la experiencia fronteriza.

2. Objetivos

  • Fomentar la producción artística en gráfica y edición de arte.
  • Crear un espacio de reflexión y diálogo.
  • Generar una exposición colectiva y un catálogo.
  • Promover el intercambio entre creadores.

3. Marco Temático: Las Cinco Dimensiones de la Frontera

Este apartado ofrece un marco conceptual para guiar las propuestas. No son categorías rígidas, sino campos de exploración interconectados donde lo invisible se hace visible.

Frontera Física: El Cuerpo como Mapa

La frontera primordial inscrita sobre la piel.

Explora el cuerpo como primer territorio en disputa, un mapa viviente del tránsito donde cada cicatriz es una coordenada.

Frontera Burocrática: La Violencia Silenciosa

La violencia abstracta de la administración que asfixia.

Un laberinto de lenguaje críptico que excluye y deshumaniza, convirtiendo una vida en un número de expediente.

Frontera Social: El Muro Invisible

Un muro tejido con miradas, silencios y gestos.

Se construye con el lenguaje de la xenofobia y el prejuicio, creando una arquitectura de la exclusión que segrega.

Frontera Interior: La Memoria Fracturada.

Corresponde al paisaje del alma del  desacoplado, la frontera más íntima e infranqueable.

Es la fragmentación de la identidad, el sentirse un mosaico de recuerdos que ya no encajan. 

Frontera Digital: El Espacio Ambiguo

Un territorio inmaterial donde el control se extiende a través de código.

Reduce la identidad a un dato y, al mismo tiempo, el smartphone se revela como un cordón umbilical con el pasado.

4. Requisito: Fusión de Poesía y Gráfica

La unión de palabra e imagen es una necesidad metodológica. Cada obra debe incluir un componente textual, preferiblemente un poema, que explore una o más dimensiones.

Se dará prioridad a propuestas colaborativas entre artistas gráficos/visuales y poetas, donde texto e imagen dialoguen para construir un significado más complejo.

5. Bases Técnicas y Proceso de Postulación

Guía con todos los requisitos para asegurar una postulación correcta y equitativa.

Formato de la Obra

La obra podrá ser una hoja suelta de 22 cm de ancho por 32 cm de alto, o cualquier impreso que plegado adopte esa medida (ejemplos: 44×32 cm, 66×32 cm).

Técnicas Permitidas

Grabado en Relieve (Xilografía, Linograbado), Calcografía (Punta Seca, Buril, Aguafuerte), Litografía, Serigrafía, Impresión Digital Artística (Giclée), Risografía, Técnicas Mixtas, y Paper Art.

Comité y Criterios de Valoración

El comité evaluará la calidad artística y poética, la coherencia conceptual, la originalidad en la fusión palabra-imagen y la naturaleza colaborativa del proyecto.

Las obras que conformarán la exposición se realizará a través de dos vías: 

Invitación directa:

Un grupo de artistas y poetas serán invitados a participar directamente por el comité curatorial.

Convocatoria abierta:

Para las obras recibidas a través de la convocatoria abierta, la selección se realizará en dos fases:

  • Fase 1 (Preselección): El comité evaluará todas las propuestas digitales recibidas para definir una selección de finalistas.
  • Fase 2 (Selección Final): A partir de la obra física de los finalistas, el comité determinará la selección final que conformará la exposición.

5. Cronograma

  • Cierre de la convocatoria de la segunda fase: 31 de marzo de 2026.
  • Anuncio de obras seleccionadas: 30 de abril de 2026.
  • Plazo para recepción de obra física: Hasta el 15 de mayo de 2026.
  • Inauguración de la exposición: Junio de 2026 (fecha por confirmar).
  • Clausura de la exposición: Septiembre de 2026 (fecha por confirmar).

6. Exposición y Sedes

Las obras seleccionadas conformarán la exposición internacional «(IN)visibles: Mapeo Afectivo de la Frontera».

 

Sedes Confirmadas e Itinerancia

  • Inauguración (Junio 2026): Sede por confirmar, España.
  • Inauguración (Junio 2026): Universidad Tecnológica de Pereira, Colombia.
  • Itinerancia posterior: Sedes en México y Chile (fechas y lugares por confirmar).

Información

13 + 12 =

Todos los artistas seleccionados formarán parte de la exposición y recibirán 3 ejemplares de un catálogo impreso de alta calidad.

También se creará una versión digital y un espacio expositivo permanente en la web del proyecto.