¿Libro de Artista o Libro Ilustrado? Por qué los confundimos y cómo diferenciarlos
En el mundo del arte contemporáneo, es habitual oír el término «libro de artista». Sin embargo, este concepto se usa con frecuencia de forma incorrecta, confundiéndolo con un libro ilustrado de lujo, un fanzine o un fotolibro. Esta ambigüedad no es un simple error de terminología; es una devaluación del rigor conceptual de la obra que afecta a cómo la entendemos, valoramos y estudiamos.
Hablar con propiedad es una misión pedagógica fundamental, especialmente en un ecosistema digital donde la viralidad a menudo prima sobre la precisión. Aclarar esta «Babel terminológica» es esencial.
El Origen Histórico de la Confusión
Para entender por qué los confundimos, debemos viajar a sus orígenes etimológicos. El conflicto surgió al traducir al español dos términos muy diferentes, uno francés y otro inglés, de la misma manera:
- Livre d’Artiste: Es un término de tradición francesa de finales del siglo XIX. Se refiere a ediciones de lujo donde un artista plástico de renombre colabora con un escritor y un editor para ilustrar un texto. La función del arte es subordinada, de embellecimiento estético.
- Artist’s Book: Este es el «libro de artista» en el sentido contemporáneo. Nace en los años sesenta con movimientos como Fluxus o el Arte Conceptual. Es una práctica subversiva que aspira a la autonomía: el artista usa el formato libro como medio expresivo. Aquí, el libro es la obra de arte, no un vehículo para un texto.
Hoy, el consenso académico es claro: el término «libro de artista» debe reservarse para la tradición anglosajona del artist’s book.
5 Claves Analíticas para no volver a confundirlos
Para desvelar la verdadera identidad de una obra, debemos actuar como analistas y aplicar estas cinco claves fundamentales:
1. Origen del proyecto
Libro Ilustrado: Nace de una editorial para publicar un texto preexistente. Se elige a un artista para que lo interprete visualmente.
Libro de Artista: Nace íntegramente de la visión del artista. Es una obra autónoma concebida en formato libro.
2. Estructura y Materialidad
Libro Ilustrado: Su forma es funcional. Aunque sea lujosa, está diseñada para optimizar la lectura del texto.
Libro de Artista: La forma es conceptual. La estructura física es parte del contenido y puede desafiar la funcionalidad (materiales, encuadernaciones, etc.) para generar significado.
3. Jerarquía entre Texto y Forma
Libro Ilustrado: El texto es soberano. Las imágenes se organizan en relación a la narrativa o descripción textual.
Libro de Artista: La jerarquía se disuelve. El texto puede ser un elemento visual más, ser ilegible, estar ausente o, como en A Humument de Tom Phillips, ser intervenido para crear una obra nueva.
4. Autoría y Control Creativo
Libro Ilustrado: Opera bajo la lógica del mundo editorial.
Libro de Artista: El artista es el autor absoluto y la obra se rige por la lógica del mundo del arte.
5. Contexto de Circulación
Libro Ilustrado: Su hábitat son las librerías y ferias del libro. Su público es, fundamentalmente, lector.
Libro de Artista: Su hábitat son las galerías, museos y colecciones especiales. Se dirige a un público de arte contemporáneo.
En resumen, la pregunta clave es: ¿estamos ante un libro excepcional hecho para ser leído o ante un objeto artístico concebido para ser experimentado?
¿Y qué hacemos con las obras híbridas? La propuesta de «Publicación de Artista»
Si bien la teoría parece clara, la práctica es compleja. Hoy entendemos «libro ilustrado» como una obra de imprenta, no como el histórico livre d’artiste. ¿Qué nombre le damos entonces a esos «libros ilustrados realizados con técnicas artesanales o de arte impreso que acompañan a un texto»?
A raíz de debates académicos y curatoriales, ha surgido una propuesta más precisa: «publicación de artista».
Este término se postula como unificador, capaz de abarcar todo lo que se define como «arte impreso» (incluyendo fanzines y fotolibros) y, muy especialmente, estas obras híbridas que fusionan texto y técnicas artísticas artesanales.
La próxima vez que esté ante una de estas obras, ya tendrá las herramientas para analizarla: no es solo una cuestión de nombre, es una cuestión de entender la intención radical del artista.